Si bien el número de hombres maltratados en nuestro país, ya sea de manera física, psicológica o económicamente, es considerablemente menor a las cifras de las mujeres víctimas, lo cierto es que ello no quita la gravedad del hecho. Pero, ¿qué pasa cuando quien incurre en esta violencia es una Jueza de un Tribunal de Familia? Esta es la historia de Patricio y María Alejandra.
Cuando Patricio Vallejo (53) conoció a María Alejandra González (49) en el año 2006, le llamó la atención inmediatamente: una mujer entretenida, independiente, con mundo y muy seductora. Se conocieron a través de un amigo y luego de unos meses de contacto esporádico, en octubre de ese mismo año, decidieron viajar a Río de Janeiro, iniciándose de manera formal la relación.
Al poco tiempo del viaje ocurrió el primer episodio de violencia entre ellos. Fue en el auto, en la comuna de Providencia. Patricio recibió un mensaje de texto de una ex pareja y Alejandra al leerlo no lo aguantó. Las palabras y los gritos subieron de tono, pero el clímax fue cuando ella tiró todo lo que había dentro del auto por la ventana, incluido el celular. Alejandra luego de unos minutos justificó su arrebato, pidió perdón, volvieron por las cosas que estaban en mitad de la calle e hicieron como si nada hubiese pasado.
La Real Academia Española (RAE) define violencia como una “acción que se ejerce contra una determinada persona de forma intencional y que no es natural, con el fin de abusar o manipular”. Cuando se produce en una relación de pareja, se entiende por violencia cualquier agresión psicológicaexpresada a través de la intimidación, aislamiento de la pareja de sus cercanos, intento de control de su conducta e incluso destrucción de sus pertenencias; abuso verbal, palabras hirientes o menosprecio; abuso económico, control de los bienes de la pareja, revisando los movimientos bancarios o negándole dinero; abuso físico, golpes, empujones o uso de objetos para golpear; abuso sexual, cualquier acto sexual en contra de la voluntad de la pareja e incluso la negativa permanente de contacto amoroso. Todo esto para mantener el control absoluto sobre el otro.
“Si bien la mayoría de los casos de violencia intrafamiliar se dan hacia la mujer, los hombres no están ajenos a los maltratos; sin embargo, cuando es éste el vulnerable, es decir, aquel que no es perpetrador sino la víctima, apenas es tomado en cuenta en la sociedad y hay un gran estigma que conlleva vergüenza y baja autoestima”, dice Catalina Barros, psicóloga y especialista en intervención familiar.
María Alejandra González Yutronic es abogada y se desempeña actualmente como Jueza del 3° Juzgado de Familia de Santiago. Patricio Vallejo Parker es constructor civil y se encuentra sin trabajo estable. Alejandra tiene una hija de 18 años de su matrimonio anterior y en común tienen un hijo menor de edad.
En 2008 quisieron casarse y aunque la familia de Patricio no estaba de acuerdo con la relación, ellos siguieron con sus planes. Unos meses antes de la ceremonia y ya con casi todo listo, llegó una denuncia que lo remeció todo: Vallejo era acusado por abuso sexual contra la hija de Alejandra. La querella la había hecho la abuela de la menor. En ese momento, y a pesar de estar en proceso de investigación la causa por Fiscalía, ese hecho provocó una serie de episodios de acoso hacia Patricio, como llamados a familiares y amigos relatando los supuestos abusos que él había efectuado. Tras una serie de investigaciones y pericias, y con fecha 12 de diciembre de 2008, el 4to Juzgado de Garantía de Santiago, “aprobó la decisión del Ministerio Público de abstenerse de toda investigación por no ser constitutivos de delito los hechos sobre los que recae la denuncia”. Patricio y Alejandra retomaron la relación y en 2010 se desarrolló el matrimonio.
“Perdón, te amo”.
De acuerdo a un estudio realizado por el Instituto Milenio para el Estudio de Imperfecciones del Mercado y Políticas Públicas (MIPP), en 2020 los llamados al Fono Familia #149 de Carabineros sumaron 24.806 entre enero y septiembre, marcando un fuerte aumento de 43,8% comparado con los mismos meses de 2019. El 98% de estas llamadas fueron realizadas por mujeres y solo el 2% de ellas, por hombres.
Los actos de violencia entre Alejandra y Patricio no cesaron con el matrimonio ni con el nacimiento de su hijo; al contrario, los insultos y berrinches pasaron a agresiones físicas y humillaciones. Patricio recuerda el día que por celos ella se le abalanzó encima e intentó lanzarle un cuchillo. Fue tanto el escándalo que los vecinos llamaron a Carabineros, pero, como ya era costumbre entre ellos, todo quedó en nada. Así también fue la vez que en un viaje a Miami y sin ningún detonante de por medio, Alejandra luego de una gran discusión llena de insultos, ataques psicológicos y gritos, hizo su maleta para volver a Chile y dejar a Patricio solo. Nuevamente, todo terminó con un “perdón, te amo”.
Patricio reconoce que durante la relación él se preocupaba de “ejecutar y ella de articular y decidir”. Las decisiones si bien las conversaban surgían de ella, demostrando su carácter fuerte. En temas económicos, los gastos eran compartidos según los ingresos de cada uno. Sin embargo, había un punto no menor y que influyó de manera determinante en el quiebre de la relación: la afición enfermiza de Alejandra por los juegos de azar, especialmente a los casinos.
Se estima que en Chile entre el 0,5% al 2% de la población general padece de ludopatía, una adicción que el Dr. Carlos Ibáñez, Jefe la Unidad de Adicciones de la Clínica Psiquiátrica de la Universidad de Chile explica que “se manifiesta cuando el jugador aumenta progresivamente sus apuestas para sentir la emoción del juego; cuando se siente mal, irritable, ansioso y no puede dormir si está privado del mismo; cuando tiene efectos negativos en su vida, como deudas, mentiras para encubrir la magnitud de los desarreglos económicos; problemas familiares producto de su adicción y a pesar de todo sigue jugando”.
Según los documentos que obtuvimos en nuestra investigación por parte de Enjoy y Monticello, la Sra. María Alejandra González se gestiona dentro de la cartera de clientes Alto Valor y cuenta con la categoría “Seven Stars”, que es la máxima categoría dentro del Casino Enjoy. Por su parte, Casino Sun Monticello, registra a González como miembro del club Sun Rewards, “el cual consiste en un programa de beneficios y privilegios para personas que han cumplido el requisito mínimo de acumulación de puntos en un periodo determinado”. Además, agregan que ella se encuentra en la categoría Platinum. Asimismo, tuvimos acceso a las boletas de depósito en la cuenta corriente de María Alejandra González, entre los meses de febrero a agosto de 2019, en las que se detallan 27 depósitos por la suma total de $202.255.000.-, cantidad desproporcionada, donde la periodicidad y monto hacen presumir que eran producto de los juegos de azar.
A raíz de las constantes visitas al casino, Patricio Vallejo sufrió un descalabro económico producto de las deudas generadas por la adicción al juego, lo que provocó diversas acciones judiciales por parte de sus acreedores. Cabe señalar que las deudas se radicaron en el patrimonio de Vallejo para evitar el desprestigio del cargo de Jueza de Familia que ostentaba María Alejandra González.
Otro hecho que marcó la relación fue en 2018 la cesantía de Vallejo, lo que destapó su vulnerabilidad al pasarle todo el finiquito y dinero que accedía a su mujer. “Ella me empezó a tratar de mantenido, que siempre estaba en la casa, que no hacía nada y que era un flojo. Ya no sólo eran discusiones con garabatos, también ya eran con escupitajos. Era algo bien tóxico y no supe salir de eso, me sentía atrapado”, recuerda Patricio. Sin embargo, y como ya era costumbre en la pareja, todo volvía a la normalidad con un “perdón, te amo”.
Posteriormente, en octubre de ese año, un episodio de agresividad por parte de la hija de Alejandra, el que termina con la pareja distanciada por dos semanas, desencadena una serie de sucesos macabros. Alejandra González, valiéndose de su rol de jueza y conociendo las leyes a la perfección, interpuso una demanda en contra de su cónyuge por violencia; no obstante, indica una dirección errónea, la que nunca arregló en Tribunales. Luego -y después de un evento depresivo que terminó con Vallejo internado en la Clínica Santa María-, presentó una denuncia por abuso sexual de Patricio contra su hijo y la hija de González, ambos menores de edad en ese entonces.
Actualmente, Patricio Vallejo se encuentra en Fiscalía por tres causas: divorcio culposo, pensión de alimentos y abuso sexual reiterado. Vallejo está pidiendo una rebaja de la manutención que asciende a la cifra de $1.200.000 debido a su estado laboral, pero no han podido notificar a María Alejandra González, pues se encuentra inubicable, siendo que es de conocimiento público el lugar donde trabaja.
Respecto al divorcio aún falta la pericia psicológica de González, la que no se ha podido llevar a cabo por múltiples justificaciones de la jueza, quien, de acuerdo a los correos electrónicos que pudimos revisar, alude a problemas de salud o laborales. Asimismo, el juez que llevaba el caso en primera instancia se inhabilitó por conocer a González.
Según lo relatado por Patricio Vallejo, en la audiencia del día 09 de noviembre de 2021, María Alejandra González le habría propuesto una condición para lograr un divorcio de mutuo acuerdo: que Vallejo no volviera a ver y perdiera todo derecho sobre su hijo menor de edad. Asimismo, Vallejo se encuentra sin poder tener contacto con su hijo por casi dos años, a raíz de las tres causas que inició González. Cabe destacar que otra forma de violencia emocional y psicológica ejercida hacia el hombre se relaciona con la manipulación de los hijos y la restricción de su cuidado, sintiéndose la mujer dueña de ellos como si le pertenecieran por derecho propio sin pensar en el daño que se les hace a los hijos por actos como esos.